El dolor neuropático, que puede ser causado tanto por el tumor como por la medicación utilizada para combatirlo, es una de las complicaciones que más impactan en la calidad de vida de las personas con cáncer. Por esta razón, el grupo de investigación enfoca sus estudios en los efectos adversos de medicamentos como el paclitaxel, un agente quimioterápico comúnmente utilizado en distintos tipos de cáncer, y busca nuevas formas de prevención.
En esta línea, lograron avances significativos al analizar formulaciones orales con THC y CBD —principales compuestos activos del cannabis— administradas junto al tratamiento con paclitaxel. Los estudios, realizados en modelos experimentales, mostraron que estos compuestos lograron evitar el desarrollo de síntomas de dolor neuropático sin generar efectos tóxicos ni agravar otros efectos secundarios de la quimioterapia.
“Este tipo de dolor es persistente y responde de manera desproporcionada a estímulos, generando ardor, entumecimiento o sensibilidad extrema. No se trata de un dolor común, y muchas veces lleva a reducir o suspender la medicación oncológica, afectando su eficacia”, explicó Delia Soriano, investigadora del IIMT y becaria postdoctoral del CONICET.

Cannabinoides de calidad farmacéutica
Las investigadoras, lideradas por Soriano y la doctora María Florencia Coronel, destacaron que se trata de cannabinoides de calidad farmacéutica, aptos para su uso en humanos, y que ya están aprobados para otras condiciones médicas. Esto abre el camino a una potencial nueva estrategia terapéutica segura y eficaz.
En estudios clínicos previos, se evidenció que un alto porcentaje de pacientes desarrolla neuropatía tras ciertos tratamientos: el 62% de mujeres con cáncer de mama tratadas con paclitaxel y el 73% de pacientes con cáncer colorrectal tratados con oxaliplatino, con mayor prevalencia en mujeres. En algunos casos, los síntomas persisten incluso años después.

Reconocimiento académico
Por este trabajo, los investigadores Pablo Brumovsky, María Florencia Coronel y Marcelo Villar fueron reconocidos con el “Premio 2024 a la excelencia en investigación y tratamiento del dolor en países en desarrollo” por la Asociación Internacional para el Estudio del Dolor.
Los siguientes pasos del proyecto incluyen investigar en profundidad los mecanismos por los que estos compuestos logran su efecto analgésico y, si las condiciones lo permiten, avanzar hacia ensayos clínicos en pacientes. Sin embargo, Soriano advirtió que la continuidad del estudio está en riesgo debido a demoras en el otorgamiento de fondos estatales ya asignados. “Hoy resulta muy difícil sostener estos proyectos”, lamentó. (InfoGEI) n