Mateo asistió acompañado por sus padres, Juan y Carla, mientras que Benjamín lo hizo junto a su papá, Gabriel. Los padres de ambos chicos se encuentran sumamente orgullosos por este acto de valentía y empatia.

Todo ocurrió el día anterior, cuando Mateo y Benjamín se encontraban practicando bodyboard. Fue entonces cuando una persona les advirtió que alguien en el mar pedía ayuda. Sin dudarlo, se metieron al agua. “El chico que estaba haciendo kayak perdió el remo, y la corriente lo empezó a llevar. Ahí nos metimos para ayudarlo”, relató Mateo.

El hombre rescatado, visiblemente agradecido, brindó también su testimonio a medios locales. Contó que estuvo alrededor de una hora y media nadando hasta que los chicos lograron asistirlo. Pero no terminó allí: luego de llevarlo a la orilla, los jóvenes volvieron a internarse en el mar para recuperar el kayak, completando así una acción que habla de madurez, valentía y entrega.

Historias como esta nos recuerdan que la solidaridad no tiene edad, y que en nuestras playas no sólo hay olas y arena: también hay jóvenes capaces de gestos extraordinarios.