En este aspecto, Pavka indicó que por un lado “tenemos el 17 de octubre, que es ese pacto de amor y de lealtad que sella el pueblo argentino, fundamentalmente la clase trabajadora, con el General perón y con Evita”, luego de lo cual recordó que “viene todo un proceso de una Argentina industrializada”, seguido por “el período que arranca con el bombardeo a la Plaza de Mayo y termina con el golpe de estado de la oficialmente reconocida como Revolución Libertadora y popularmente reconocida como la Revolución Fusiladora”.
Algunos años después, según recuerda Pavka, tras “toda la resistencia peronista, que nucleó sindicalistas, trabajadores, amas de casa, sectores juveniles”, hizo posible en 1972 que “el 17 de noviembre Perón pueda regresar al país”. Por ello resaltó que “lo que se conmemora es que por la acción del militante se posibilitó el retorno del General Perón” y terminar con más de una década en la cual “a través de la proscripción se buscó matar un proyecto político”.
Lo cierto es que en la Argentina actual, las similitudes con aquel período son abrumadoras, y es por ello que Pavka manifestó: “Esto también nos pone en lo que hoy está pasando, donde el Peronismo no se ha desintegrado por sus militantes. Los que mantienen viva la llama transformadora es la militancia, y algunos dirigentes interpretan este sentido y van en ese camino, y hay otros dirigentes que terminan siendo funcionales a las políticas de esta cuarta ola neoliberal”.
Pero más allá de estos conflictos, Pavka subrayó que “el Peronismo va a seguir vivo”, sólo que “se tiene que adaptar a los nuevos tiempos, a las nuevas formas de trabajo”, y lo cierto es que sostuvo que el movimiento sigue vivo “gracias a la militancia, que sostiene todo esto”.