Oscar es un hombre con experiencia (no quiere revelar su edad…jaajaj), pero cuando habla se nota que como se dice vulgarmente “tiene calle” y muchas veces esas anécdotas, esos pedazos de historias, son los que más nos enriquecen y nos ayudan a aprender. Para un emprendedor es vital escuchar a otros que se animaron a emprender. La enseñanza académica es muy importante para formar personas de negocios, pero la cultura emprendedora se nutre de enseñanzas que dejan los que anduvieron la verdadera “ruta emprendedora”.
Es difícil ordenar la charla con Oscar, porque tiene tanto para contar que en más de una ocasión nos enredamos con las fechas y los sucesos narrados. Oscar además de ser el camarógrafo de Canal 9, es fotógrafo, siempre lo vas a ver con su cámara a cuesta, y esta faceta de fotógrafo independiente es la que me interesa contarles.
ESOS PEQUEÑOS BAJITOS
Oscar aprendió el oficio hace más de 30 años de la mano de su tío, cuando la fotografía era un universo desconocido para el común de la gente, muy pocos tenían una cámara de fotos y si querías una foto importante no tenías otra alternativa que acudir a un fotógrafo. Oscar empezó fotografiando a bebes y niños. Su tío y Oscar tenían una muy buena estrategia para conseguir clientes; mediante “algún regalo” lograban que las enfermeras de los hospitales les dieran las direcciones de los bebés recién nacidos y tras esperar un tiempo prudencial visitaban las casas y les ofrecían a los papás retratar al nuevo bebé, todos les abrían las puertas de sus casas (algo impensado de hacer en la época en que vivimos!) y se dejaban fotografiar, y así nacía un cliente nuevo al que visitarían año tras año para retratar el crecimiento del pequeño.
FOTOGRAFO DE OFICIO, VENDEDOR DE ALMA
Creo que una de las características del emprendedor, es la de ser un buen vendedor, porque más allá de que seamos los mejores en nuestra actividad sino podemos vender nuestro proyecto y vivir de él, siempre será un hobby. Oscar es una persona muy hábil para los negocios, busca la oportunidad y no la pierde por nada del mundo. Desde que empezó con la fotografía, Oscar sabía que por muy artísticas que fueran sus fotos, los clientes no irían a tocarle la puerta de su casa, él debía salir a buscarlos. La estrategia que ya les conté de las enfermeras me pareció muy ingeniosa y otra que me llamó la atención fue la ir a una plaza, sacarle fotos a los chicos mientras jugaban, luego pedirles la dirección y a los 2 días aparecerse con el mural en la casa del chico…y que papá no iba a comprarle la foto!. Fue durante esta gloriosa época en donde un niño le daba con confianza la dirección a un desconocido, en donde los chicos jugaban solos en las plazas, en donde la gente le abría la puerta a quien llamara aún sin conocerlo, fue en esa época en donde Oscar comenzó a vivir de lo que más satisfacción le daba: la fotografía.
SIEMPRE SE VUELVE AL PRIMER AMOR
Luego de idas y vueltas y de haber transitado varios cambios en su vida, Oscar cambió la ciudad por el mar y se instaló en La Costa Argentina. Para sobrevivir hizo de todo, siempre encontraba una oportunidad escondida por algún lugar y no la dejaba escapar. De todos los emprendedores que hasta ahora entreviste, Oscar es el más visionario. Hay algo que en los negocios llamamos “pensamiento lateral o creativo” y que es la capacidad de ver más allá de lo supuesto, es no ser lógico, es transgredir. El pensamiento también se ejercita, por lo que si uno piensa constantemente en negocios y en la forma de hacer dinero tendrá más chances de hacer valer su oportunidad cuando esta se presente.
En el viaje hacia La Costa Oscar tuvo que vender sus cámaras para costearse la vida, pero lo hizo sabiendo que las volvería a conseguir. Al tiempo y tras algunas averiguaciones, se enteró que solo había un fotógrafo de sociales, pero que solo hacía 100 fotos como mínimo y además el cliente debía ir a buscarlas, este fotógrafo era muy bueno, Oscar no escatima elogios cuando habla del trabajo que éste hacía, pero…no era tan muy vendedor como él. Enseguida reconoció cual sería su ventaja competitiva y salió a conseguir una cámara; la consiguió y comenzó a tomar todos los trabajos que este buen fotógrafo rechazaba por poca cantidad de fotos pedidas; Oscar no sólo tomaba los pedidos de 40 fotos, sino que luego se las alcanzaba a su domicilio, y además de las 40 fotos pedidas siempre terminaba vendiendo el doble y dándole facilidades de pago. En poco tiempo logró tener una buena cartera de clientes, gracias a que pudo ver con rapidez el hueco libre en el mercado y cuáles eran las necesidades que éste tenía.
EMPRENDEDOR QUE HUYE SIRVE PARA OTRA BATALLA
Saber retirarse a tiempo, no significa siempre abandonar el proyecto, ni haber fracasado, muchas veces las condiciones del mercado o las internas (en este caso los problemas personales inherentes a cada emprendedor) pueden no ser las mejores para continuar y avanzar, poder verlo es una virtud que muchas veces se logra luego de mucho ejercicio de pensamiento como ya les hablé.
Durante un tiempo Oscar estuvo ausente de la fotografía porque entendió que en el momento en que transitaba las necesidades eran otras, pero nunca perdió su interés por la fotografía, su pasión por la lente y el retrato y en cuanto vio que el mercado lo llamaba, no lo dudo, desenfundo su mejor arma y el flash lo volvió a enamorar.