Ocurrió el lunes 01 de octubre por la tarde, cuando las napas de una antigua casa desbordaron, y fue allí que se produjo el contacto del agua con la energía eléctrica. Recordemos que entre sábado y domingo, llovió 18 horas, sin parar.

Opinión llegó hasta el populoso Barrio Talas, allí sobre la Avenida principal de acceso a la ciudad, estaba la casita de la familia Chavez-Morales; destruída. Acompañados por vecinos, intentando recuperar algo, estaban Lidia Chavez; su marido Jorge Morales; y sus dos jóvenes hijos.

Las víctimas dialogaron con Opinión.

“Hay que empezar de nuevo”.

Lidia Chavez: “Nuestra casa está más baja que el asfalto, fue construída por mi padre hace más de 50 años, siempre se inunda cuando llueve mucho; pero esta vez no vino de la calle, sino del piso, desbordaron las napas. Los cables estallaron, y se produjo el corto circuito. Mi hijo escuchó un ruido, salió y vio que la habitación se estaba prendiendo fuego. Nosotros estamos bien, es un decir, lo material se perdió todo. Aspiramos un poco de humo, pero nada más. Hemos recibido algunas donaciones que agradecemos muchísimo. Así mismo al Hospital de San Clemente que anoche nos contuvo, porque entramos en crisis de nervios. El incendio se produjo en horas de la tarde del lunes. Necesitamos materiales para construcción, las paredes se rajaron. Estoy mal, mucha tristeza, se perdieron muchos recuerdos de familia”. Suspira Lidia y concluye: “Qué se le va hacer…hay que empezar de nuevo”.

Jorge Morales: “Fue una desesperación, yo pensé que lo podía apagar yo solo; y no… Llamamos a los bomberos que vinieron “al toque”. Por suerte mi mujer, mis hijos, y yo, estamos todos bien. Lo que necesitamos es chapa, tirantes, machimbre, ladrillos, cemento… soy albañil, y la voy a levantar de nuevo a la casa, pero necesito ayuda, porque yo vivo de changas”.

Apenas sofocado el siniestro, el equipo de salud mental del Hospital San Clemente, trabajó en red con Desarrollo Social de la Municipalidad, y el programa “A tu puerta”, que cuenta con Psicóloga y una trabajadora social. Así lo refirió Mara Giglio, hoy Acompañante Terapéutica, que acompañó a la familia damnificada, por tratarse de una situación de crisis.

Al cierre de ésta crónica, supimos que el Movimiento Evita está juntando materiales; en tanto integrantes de la Cooperadora del Hospital de San Clemente informaron a Opinión, que la institución donará los elementos necesarios para la nueva instalación eléctrica, que necesita la vivienda.

Opinión pudo ver la solidaridad de los vecinos, que llegaban a la casa de la familia Chavez- Morales; trayendo lo que podían. Emocionante solidaridad manifestada en hechos, acompañando en éste duro trance, a una familia de más de 50 años en el barrio.

Lilia Galarza (Gala).